viernes, 28 de febrero de 2014

Nuevos dinosaurios en España

Una investigación, en la que participan paleontólogos de la Fundación Dinópolis en España y de la Universidad de Colorado, en Denver (EE UU), ha identificado el rastro de grandes huellas tridáctilas (alcanzan cerca de 60 cm de longitud) y un gran diente, procedentes de El Castellar y Formiche Alto (Teruel, España), respectivamente.
Ambos hallazgos se enmarcan en sedimentos de la Formación Villar del Arzobispo con unos 145 millones de años de antigüedad
Las huellas tridáctilas, localizadas en el yacimiento El Castellar, poseen características únicas en comparación con otras huellas producidas por grandes terópodos en cualquier parte del mundo. Por este motivo, el trabajo que publica la revista Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology las define como un nuevo tipo de huellas: Iberosauripus grandis (pie del lagarto ibérico grande).
Además, el estudio divide las huellas de grandes terópodos del Jurásico Superior de Europa, Norteamérica y Asia en dos grupos distintos, cuyos productores fueron probablemente terópodos alosáuridos y megalosáuridos.
Gracias al análisis de dichos rastros de icnitas y dientes, se concluye que las faunas de dinosaurios del tránsito Jurásico-Cretácico en esta parte de España incluyen, al menos, dos tipos de dinosaurios megacarnívoros de gran tamaño.
Este yacimiento es Bien de Interés Cultural (Conjunto de Interés Cultural-Zona Paleontológica) desde el año 2004 por el Gobierno de Aragón, promoviendo su investigación y conservación. Con la definición de Iberosauripus grandis, pie del lagarto ibérico grande, el yacimiento El Castellar se convierte en un referente de la icnología europea ya que en él se han definido dos nuevos tipos de huellas de dinosaurios. A las mencionadas huellas de carnívoros se suman las de Deltapodus ibericus, pie triangular de Iberia.
Estas pisadas fueron producidas por estegosaurios, que eran dinosaurios cuadrúpedos y comedores de plantas que estaban caracterizados por poseer dos filas de placas y/o espinas desde el cuello hasta el final de la cola.
Estas huellas también fueron definidas por científicos de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis en la misma revista científica (en el año 2010), convirtiendo a El Castellar en uno de los escasos yacimientos del mundo en el que se han identificado huellas de estegosaurios

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