Aqui se puede ver un ejemplar de tiburón elefante. El animal gracias al cual se descubrieron los genes responsables de la calcificación de los huesos
La gran mayoría de la gente sabe que los tiburones tienen su esqueleto formado por cartílago en lugar de por hueso duro. No obstante un reciente descubrimiento de científicos del Instituto de Biología Evolutiva de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) han logrado secuenciar el genoma del tiburón elefante y han hallado genes que impiden la calcificación de los cartílagos, lo que abre nuevas vías de investigación para enfermedades óseas, como la osteoporosis. La investigación, que hoy publica la revista Nature, la ha liderado el Institute of Molecular and Cell Biology de Singapur y en ella ha tenido un papel importante el laboratorio del profesor ICREA del Instituto de Biología Evolutiva.
Para hacer este descubrimiento se hizo una comparación de los genomas del tiburón elefante con los de un pez con esqueleto óseo, en este caso el pez cebra.
La importancia de la investigación, en la que han colaborado una docena de instituciones internacionales, es que ha resuelto una parte de cuál es la base genética de los huesos calcificados, es decir, los genes que hacen que el esqueleto sea óseo y no cartilaginoso. En la investigación, que ha durado dos años, los científicos querían descubrir cuáles son los cambios genéticos que hacen que unos huesos sean de calcio y otros se queden en estado cartilaginoso, como es el caso del tiburón elefante, considerado el vertebrado con mandíbula más antiguo.
La función del laboratorio de la universidad catalana ha consistido en comparar la composición genética del tiburón, que es aproximadamente un tercio del genoma humano, con la del pez cebra, una especie que se usa en laboratorios y que tiene huesos de calcio. El equipo de científicos descubrió un pequeño grupo de genes que los tiburones habían perdido respecto a los vertebrados óseos, lo que explica que sus huesos se queden en cartílagos y no se calcifiquen.
El experimento que se hizo fue borrar a ejemplares de peces cebra los genes que no tienen los tiburones de forma selectiva. El resultado fue que los peces cebra modificados genéticamente tenían un esqueleto menos calcificado, por lo que se acercaba mas a un esqueleto cartilaginoso, propio de los tiburones.
La importancia de este descubrimiento radica en que gracias a esto se podría desarrollar en el futuro una terapia genética para paliar la osteoporosis
Pese a la ausencia de estas células, los investigadores han comprobado que estos tiburones tienen defensas inmunitarias avanzadas y de larga duración. este hallazgo puede abrir una vía sin precedentes para el desarrollo de nuevas estrategias para entender funciones inmunes de los seres humanos. El trabajo también ha constatado que el genoma del tiburón elefante tiene la evolución más lenta de todos los vertebrados, lo que lo coloca como genoma de referencia para estudios genómicos comparativos destinados a mejorar la compresión del genoma humano.
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