sábado, 8 de septiembre de 2018

El lábrido limpiador. Primer pez del que se tiene constancia que puede reconocerse en el espejo

 Si se pudiera decir qué papel tiene el lábrido limpiador en los arrecifes de coral, este sería algo así como el barbero de la macrofauna de los arrecifes de coral dado que este pez se dedica a limpiar de parásitos, pieles y escamas muertas e incluso restos de comida incrustados en la boca a otros peces. Esto ha hecho que este pez aunque en teoría debería tener muchos depredadores, la realidad es que los depredadores de este pez son muy pocos. No obstante, científicos de la universidad de Osaka (Japón) en un estudio publicado en Biorxiv han descubierto que el lábrido limpiador (Labroides diminiatus) ha mostrado ser capaz de reconocerse en un espejo sin necesidad de preparación previa (hasta ahora, los animales que superaron la prueba fueron animales considerados realmente inteligentes como delfines, elefantes o primates y algunos de estos primates necesitaron mentalizarse de que lo que veían delante era su reflejo)

Los investigadores se decantaron por este pez para el experimento porque tiene una buena visión y es capaz de detectar parásitos en otros peces y atraparlos con su boca. Es decir, esperaban que el animal pudiera ver un punto inusual colocado en su cuerpo y quitarlo, si es que se daba cuenta de que el ejemplar del espejo era su reflejo.

De esta forma, el equipo colocó 10 peces en tanques individuales con un espejo. Al principio, los peces, que son territoriales, reaccionaron atacando su propia imagen, ya que la confundían con un extraño acercándose osadamente a su territorio. Pero después de unos días, su comportamiento cambió de forma extraña. Los peces iniciaron un baile, algo no muy frecuente en una especie solitaria.

Llegados a ese punto, los investigadores aplicaron una mancha de gel coloreado en las cabezas de ocho ejemplares, colocándolos de modo que solo pudieran verse en el espejo. Según explica la revista New Scientist, todos menos uno pasaron bastante más tiempo en posiciones donde el gel era visible en su reflejo. Y varios intentaron rascarse esa misma área de su cuerpo contra partes de su entorno.

Si este sencillo pez fue realmente capaz de reconocerse en el espejo, ¿significa que ha entrado en el exclusivo grupo de animales conscientes de sí mismos? Si es así, los autores señalan que quizás deberíamos replantearnos lo que consideramos inteligencia animal. De igual forma, si su comportamiento desvela otros procesos cognitivos, quizás lo que debería replantearse es la interpretación del famoso experimento del espejo consistente en que un animal vea su reflejo en el espejo.

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