La Wolbachia, un simbionte que reside de forma natural en hasta el 70 por ciento de todas las especies de insectos, es probablemente la bacteria más común en la Tierra.
En 2008, un investigador en el Instituto Gulbenkian de Ciencia (IGC) en Portugal, y otros científicos, descubrieron que la Wolbachia puede proteger a los organismos en los que reside frente a infecciones víricas.
Desde entonces, se han realizado varios estudios para investigar más a fondo la interacción entre la Wolbachia y los insectos, con el objetivo de idear nuevas estrategias para utilizar esta bacteria en el combate contra enfermedades tales como el dengue, provocadas por virus y que se transmiten mediante mosquitos.
En un nuevo estudio, el equipo ha investigado la variabilidad genética de las cepas de Wolbachia.
Los investigadores evaluaron la mortalidad de moscas de la fruta después de la infección con dos virus. Como era de esperar, todas las moscas que portaban las diferentes variantes de la bacteria Wolbachia sobrevivían mejor que las moscas que no contaban con la Wolbachia.
Posteriormente, el equipo de investigación examinó si las variedades de Wolbachia con fuerte protección antiviral podría tener un "costo biológico" para las moscas de la fruta, en ausencia de una infección viral. Sus resultados mostraron que las variedades que dan una fuerte protección antiviral se replican más y alcanzan concentraciones más altas en las moscas donde residen que otras cepas de Wolbachia. Como resultado, en ausencia de ataques de virus, las moscas de la fruta que portan algunas de las cepas de Wolbachia con mayor protección antiviral tienden a tener vivir menos tiempo que las moscas portadoras de cepas con menor protección antiviral.
Estos resultados sugieren que hay un costo para el organismo que es infectado con bacterias que le ofrecen una mayor protección contra los virus.
El equipo de investigación también ha comprobado que las cepas de Wolbachia que en los experimentos demostraron ser las más protectoras frente a virus están emparentadas muy de cerca con las cepas que fueron las más abundantes a principios del siglo XX. Las cepas que existen en la actualidad son menos protectoras pero más benignas para el organismo en el que moran, en este caso específicamente comprobado la mosca de la fruta, lo que permite a estos insectos tener una mayor esperanza de vida.
Los resultados de la investigación ayudarán a conocer mejor la evolución de la Wolbachia en la naturaleza, y han abierto un camino hacia la identificación de las mejores cepas para ser utilizadas en estrategias biológicas de lucha contra la propagación de enfermedades transmitidas por mosquitos.
Tiene sentido que los organismos simbiontes microscópicos intenten eliminar a los parásitos, dado que si el huésped muere, los seres vivos que habitan con el mueren también.
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