El párkinson se trata de una enfermedad degenerativa causada por la destrucción de las células productoras de dopamina del cerebro. Hasta ahora el origen de la enfermedad era desconocido. No obstante, investigadores de las universidades de Rutgers y Emory han descubierto que un compuesto orgánico volátil emitido por algunos hongos provoca la muerte de las neuronas productoras de dopamina y causa síntomas semejantes a la enfermedad de Parkinson en moscas de la fruta. El compuesto podría estar asociado con esta y otras patologías neurodegenerativas en seres humanos, según un trabajo que se publica en el último número de “Proccedings” (PNAS).
La historia de este hallazgo fortuito comienza en 2005, consecuencia del huracán Katrina, a consecuencia de eso la causa de uno de los investigadores se vio convertida en un caldo de cultivo para hongos, de los cuales se tomaron muestras de todo lo que creció en su casa debido a la mentalidad científica de la investigadora dueña de esa casa.
Mientras los investigaba la investigadora, aun tomando las medidas de protección pertinentes, empezó a sentirse enferma por lo que dedujo que contrajo el llamado “síndrome del edificio enfermo”
Cuando se trasladó a la Universidad de Rutgers (Nueva Jersey), Bennett quiso estudiar la conexión entre los hongos y los síntomas que ella había experimentado. Allí encontró al investigador Arati Inamdar, de la escuela de Medio Ambiente y Ciencias Biológicas de esa universidad, que convenció a Bennett de la necesidad de utilizar a la mosca de la fruta (Drosophila melanogaster) como modelo genético para su investigación. Gracias a una subvención inicial de la Universidad la doctora pudo continuar su investigación.
Lo innovador del estudio que inició la bióloga era que se trataba de averiguar las causas por la cual la gente quedaba envenenada por la exposición a estos hongos.
En 2010, encontraron el 1-octeno-3-ol, un compuesto orgánico volátil, que se desprende de líquidos o sólidos. Este alcohol generado por algunos hongos es extremadamente tóxico, incluso comparado con algunos compuestos químicos tales como el benceno.
Al aplicar el 1-octeno-3-ol a las moscas de la fruta, los científicos descubrieron que atacaba a dos genes relacionados con la dopamina, un neurotransmisor involucrado en el movimiento, entre otras funciones, cuya producción disminuye paulatinamente en las personas con enfermedad de Parkinson. Así lograron establecer la conexión entre ese compuesto y la degeneración de dos genes específicos involucrados en el transporte de la dopamina.
Este estudio meramente fortuito ha abierto nuevas vías para explorar la enfermedad del párkinson y por lo tanto para hallar una posible cura.
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