El poliuretano es uno de los productos sintéticos más contaminantes en
el mundo, una vez que se ha producido este material, es casi imposible
biodegradarlo. Este plástico se emplea en todos los aspectos de la vida
cotidiana, desde mangueras hasta asientos para autobuses. La principal
ventaja de este material, es que es barato de sintetizar, pero su coste a nivel medioambiental es extremadamente alto. No obstante el descubrimiento del Pestalotiopsis microspora ha abierto la puerta a la posibilidad de que se pueda degradar este plástico tan difícil de degradar.
El descubrimiento del hongo que degrada plástico se debe a una expedición alamazonas de un equipo de la universidad de Yale. Al internarse en la jungla ecuatoriana, el grupo de estudiantes se
dedicó a buscar plantas y a cultivar los microorganismos de las mismas.
Uno de estos, el Pestalotiopsis microspora, es capaz de
consumir plástico, pero lo más sorprendente es que el hongo puede
sobrevivir una dieta de plástico en un ambiente sin oxígeno, el tipo de
condición que se da en el fondo de los vertederos.
Algunos de los estudiantes lograron aislar las enzimas que permiten al hongo degradar el plástico y publicaron los resultados en la revista aplied and environmental microbiology.
Las posibilidades de aplicación de este hongo son que con el directamente o bien sintetizando sus enzimas se puede lograr degradar uno de los plásticos más dañinos que existen para el medio ambiente, reincorporándo sus átomos a la red trófica de un ambiente.
Con esto queda patente que también a nivel humano y económico es imprescindible la conservación de lass selvas ecuatorianas.
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