Científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha secuenciado el genoma de la cobra real (Ophiophagus Hannah). Se trata de la primera secuenciación genómica de una serpiente venenosa y sus resultados, publicados en el último número de la revista “Proceedings of the National Academy of Sciences” (PNAS), podrían ayudar en el desarrollo de fármacos.
Este estudio se publica de forma simultánea al genoma de la serpiente pitón de Birmania (Python molurus bivittatus), no venenosa, lo que ha permitido a los investigadores comparar ambas secuencias de ADN y vislumbrar claves moleculares sobre el origen evolutivo de la producción de veneno en la cobra real.
En esta imagen se puede ver a una cobra real mostrando su típica posición de amenaza.
Reproducirlo en el laboratorio y modificarlo para que en vez de matar, ayude a la manufacturación de nuevas medicinas.El aislamiento de neurotoxinas letales aisladas de venenos de cobras y mambas están aún en fase clínica para el tratamiento de dolor. No obstante, el objetivo del aislamiento de las macromoléculas de estos venenos neurotóxicos es poder llegar a emplear ese efecto bloqueador de las toxinas para controlar la actividad de los receptores sobreactivados presentes en algunas enfermedades.
No es la primera vez que el ser humano (y el resto del reino animal como jaguares, gatos, perros, chimpancés,…) utiliza venenos con el fin de tratar ciertas enfermedades. Algunos ejemplos son la toxina botulínica, la penicilina, la flor belladona, la mariguana,…
El porqué se quiere descifrar el genoma de la cobra real en lugar de símplemente extraerlo de ejemplares de este animal es porque, como superdepredadores que són (y más aún cuando el grueso de su dieta son animales carnívoros extrictos como son otras serpientes), son costosas de mantener. Para alimentarlas se ha de alimentar a las serpientes que serán alimento de estos animales
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