La idea de utilizar algas para producir petróleo no es nueva, pero el sistema empleado por el Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico (PNNL) resulta, según anuncia, más barata, rápida y eficiente. Durante el proceso, una suspensión viscosa de algas se echa en el extremo de un reactor químico. Una vez en funcionamiento, en menos de una hora sale petróleo crudo junto con agua y un chorro de material que contiene fósforo y que puede ser reciclado para cultivar más algas.
Con un refinado adicional convencional, el aceite de algas en bruto se convierte en combustible para aviones, gasolina o diesel. El agua residual también se procesa, para obtener gas y sustancias como potasio y nitrógeno, que, con el agua depurada, también pueden ser reciclados para hacer crecer más algas.
Gracias a la combinación de varios pasos químicos en un solo proceso continuo, sobre todo por el uso de algas mojadas con un 80% o 90% de agua. La mayoría de los procesos actuales exigen secar las algas, lo que requiere mucha energía y es caro.
Las algas son convertidas en petróleo a una temperatura de 350 grados Celsius y una presión muy alta de 206 bares. Recreando el proceso de creación de petróleo pero de manera mucho más rápida.
Al usar algas en lugar de petróleo mineral se puede lograr menos que el índice entre gases invernaderos echados a la atmósfera y la cantidad de gases absorbidos sea prácticamente 0, por lo que es una ayuda para contrarrestar el efecto invernadero.
En esta imagen que me pasó una colaboradora se puede ver distintas fases de la conversión de algas en biopetroleo. El enlace a estas imágenes lo dejo aquí
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