El hallazgo del fósil de un pez primitivo de hace más de 400 millones de años ha permitido entender mejor cómo evolucionaron los vertebrados hasta desarrollar la mandíbula, según un estudio publicado en la revista Nature.
El análisis ha estado a cargo de científicos franceses y suecos, que estudiaron varios fósiles, pero en especial el del pez conocido como Romundina, a través de imágenes de rayos X. Tras un estudio exhaustivo, los investigadores mostraron cómo los fósiles documentan el ensamblado progresivo de la cara y la mandíbula en los vertebrados y proporcionan nueva e importante información sobre los pasos de esta compleja transición.
En el caso del Romundina, se trata de un pez blindado (este grupo de peces era conocido como placodermos), que data de hace 410 millones de años y que habitaba en lo que actualmente es Australia Occidental en la época del Devónico superior. Este antiguo fósil muestra la evolución de la anatomía craneal entre los ciclóstomos, una antigua clase de peces sin mandíbulas, y los galeáspidos, una clase extinta de peces que habitaron tanto en agua dulce como en salada desde el Silúrico Medio al Devónico Inferior. De hace entre 430 a 370 millones de años.
Este cráneo es una mezcla de rasgos primitivos y modernos, por lo que es un fósil intermedio entre los vertebrados sin mandíbula y aquellos que sí tenían
La importancia del descubrimiento del fósil primitivo radica en su análisis a través de rayos X, que permitió crear una imagen virtual en el Laboratorio Europeo de Radiación Sincrotrón de Grenoble, en Francia, que proporcionó a los investigadores una representación exacta de las estructuras del cráneo.
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