Unos restos fósiles de 70 millones de años de antigüedad encontrados en sedimentos del periodo Cretáceo Tardío de Alaska han sido identificados como pertenecientes a una especie de tiranosaurio hasta ahora desconocida.
Los tiranosaurios, han sido muy estudiados por la paleontología. Sin embargo, gran parte de lo que se sabe de ellos procede de los fósiles de latitudes bajas y medias de Norteamérica y Asia.
El equipo de científicos del Museo Perot de Naturaleza y Ciencia, en Texas, analizó los restos de cráneo y mandíbula descubiertos en una formación geológica situada en el norte de Alaska, determinando que pertenecieron a un nuevo y pequeño tiranosaurio.
Según los resultados de los análisis, los huesos del cráneo revelan que pertenecieron a un individuo de una nueva especie, a la que se le ha dado el nombre de Nanuqsaurus hoglundi. Esta bestia presenta un estrecho parentesco evolutivo no sólo con los tiranosaurios sino también con los tarbosaurios.
Se estima que el nuevo dinosaurio era relativamente pequeño, teniendo un cráneo adulto una longitud estimada de aproximadamente 63 centímetros frente a los 152 centímetros del tiranosaurio rex La nueva especie vivió probablemente en un entorno continental de latitud alta, con estaciones extremas, en el borde más norteño de la Norteamérica del Cretácico.
Los autores del estudio piensan que el Nanuqsaurus hoglundi tenía una longitud menor como adaptación al entorno que existía cerca del polo norte mezclado con el hecho de que en latitudes norteñas existían barreras físicas que aislaban a los dinosaurios cercanos a los polor de los de latitudes meridionales
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