Un ejemplar de lince mediterraneo. El y su primo el lince boreal son los mayores felinos que 1quedan vivos en la actualidad en Europa, la cual en la actualidad tiene pocos grandes depredadores terrestres reales, exceptuando los que mostraré a continuación.
El lobo: Antepasado de los perros actuales, este animal ha sido una leyenda. Eternamente demonizado por los sedentarios porque se alimenta de ganado (en la actualidad hay tecnología y recursos humanos suficientes para que el lobo no resulte realmente una amenaza para el ser humano, pero por desgracia muchos gobiernos entre los que está el de España no conceden subvenciones para comprar esos métodos para espantar o separar físicamente al ganado del lobo). Para las tribus de personas cazadoras y recolectoras es venerado como un dios porque tiene una dieta parecida al ser humano (si cualquiera se fija su dieta consiste en carne bobina, ovina, caprina, ciervos y materia vegetal, la cual llega a representar hasta un 25% de su dieta).
El oso pardo: Como el lobo, ha sido cazado hasta ser relegado a las zonas más montañosas o de accesibilidad más difícil. Este animal a diferencia del lobo que es extremadamente sociable es de carácter solitario. Por lo general se muestra con razón esquivo o si se ve sorprendido, agresivo ante el ser humano, aunque se sabe que estos animales tienen comportamiento muy variable pudiendo ser de permisivos a realmente agresivos con otros osos u otras especies. En la actualidad es el único gran depredador real que aún vive en Europa y en América (hay que tener en cuenta que el oso pardo americano es mayor que el europeo)
Hace unos meses a raíz de cierto artículo de la revista Quercus que me indignó realmente publiqué un artículo en este blog en el cual exponía las razones para preservar tanto a nivel natural como a nivel humano los depredadores cuya supervivencia está amenazada por culpa de las leyes que permiten usos de cepos y cebos envenenados incluso en zonas linceras y loberas y el acortamiento del periodo de caza del lobo. Ahora un estudio publicado en la revista Science demuestra el papel imprescindible de los depredadores como reguladores de otros animales.Sin especies carnívoras , la vida salvaje pierde buena parte de su equilibrio natural y se convierte en un conjunto de ecosistemas frágiles y dependientes, según corrorobora un estudio científico internacional en el que se han analizado la importancia ecológica y el estado de conservación de 31 especies de grandes carnívoros.
La pérdida de biodiversidad es importante en el conjunto de especies pero, en muchos ecosistemas, es incluso más trascendental la desaparición de los animales carnívoros, recuerda el equipo de especialistas de la universidad estatal de Oregón en Estados Unidos.
Más del tres cuartas partes de las 31 especies de grandes carnívoros analizadas están disminuyendo y 17 especies ahora ocupan menos de la mitad de sus antiguas zonas de influencia, según destacan los autores del estudio. El sudeste de Asia el sur y el este de África y el Amazonas son algunas áreas en las que varias especies de grandes carnívoros están disminuyendo y, con algunas excepciones, los grandes carnívoros ya han sido exterminados en gran parte de los países desarrollados de Europa Occidental y el este de Estados Unidos.
Los científicos de Estados Unidos, Australia, Italia y Suecia reclaman una iniciativa internacional para la conservación de los grandes depredadores. En concreto, sugirieron que tal esfuerzo se inspire en la Iniciativa de Grandes Carnívoros para Europa, un grupo científico sin fines de lucro afiliado a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Los investigadores revisaron los informes científicos publicados y señalaron siete especies que han sido estudiadas por sus efectos ecológicos generalizados o "cascadas tróficas", entre los que se incluyen leones africanos, leopardos, lince eurasiático, pumas, lobos grises, nutrias de mar y dingos.
Los científicos de Oregón han documentado el impacto de pumas y lobos en la regeneración de las masas forestales y la vegetación ribereña en Yellowstone y otros parques nacionales de América del Norte. Estos expertos vieron que la presencia de menos depredadores conduce a un aumento en el avistamiento de animales como ciervos y alces, alterando la vegetación y cambiando las aves y pequeños mamíferos y otras partes del ecosistema en una cascada generalizada de impactos.
Los estudios sobre lince, dingos, lobos y nutrias marinas han encontrado efectos similares, según los autores. El lince ha estado estrechamente ligado a la abundancia de corzos, zorros rojos y liebres y, en algunas partes de África, la disminución de los leones y leopardos ha coincidido con un aumento dramático en los babuinos oliva, que amenazan los cultivos agrícolas y el ganado.
En las aguas de Alaska suroriental, una disminución de las nutrias de mar por la depredadora ballena asesina ha provocado un aumento de los erizos de mar y la pérdida de praderas de algas. Cuando los grandes carnívoros han sido restaurados, como los lobos en Yellowstone o el lince eurasiático en Finlandia, los ecosistemas han respondido rápidamente.
En mi opinión hay que dejar de lado la mente infantil de "los seres con conducta depredadora son malos y los herbívoros buenos" Hay que tener en cuenta que por mas que el ser humano quiera dar la espalda a eso, sigue siendo parte de una red trófica que abarca el planeta Tierra y que al quitar elementos de la misma, lo que hace es provocar un desequilibrio en ella que acabará haciendo una catástrofe en cadena que lo arrastrará a el.
La apología a los depredadores españoles la tenéis aquí.
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