Enterradas en el lodo de un lago de agua salada cerca del Parque Nacional estadounidense de Yosemite, en California, existen colonias de unas bacterias con una propiedad inusual: "respiran" un metal tóxico para sobrevivir. El hallazgo se ha hecho en una expedición al lago Mono realizada por especialistas de la Universidad de Georgia en la ciudad estadounidense de Athens. Los descubridores de la bacteria han realizado experimentos con ella y los resultados revelan que este inusual organismo tiene las características idóneas para ser aprovechado en diversas aplicaciones industriales y de protección medioambiental.
Las bacterias utilizan en lugar de oxígeno elementos que son muy tóxicos para los humanos, como el antimonio y el arsénico,una capacidad que les permite sobrevivir enterradas en el lodo de un manantial termal en ese singular lago.
El antimonio, por ejemplo, es un metal de color plateado que es muy utilizado por numerosos sectores industriales, para fabricar plásticos, caucho vulcanizado, materiales ignífugos y numerosos componentes electrónicos, incluyendo células solares y LEDs. Para elaborar estos productos, hay que convertir al antimonio en trióxido de antimonio, y la nueva bacteria es capaz de producir dos tipos muy puros de trióxido de antimonio cristalino perfectamente utilizable por la industria.
Los métodos químicos tradicionales empleados para convertir el mineral de antimonio en trióxido de antimonio tienden a resultar costosos, consumen mucho tiempo y a menudo generan subproductos nocivos. En cambio, la bacteria descubierta por los científicos de la Universidad de Georgia produce el trióxido de antimonio de manera natural, como consecuencia de su "respiración", creando así un útil producto de uso industrial y sin generar subproductos nocivos ni requiriendo un arsenal de equipamiento industrial especializado. Los cristales de trióxido de antimonio producidos por esta bacteria son muy superiores a los cristales producidos por cualquier método químico empleado actualmente.
Los descubridores de esta bacteria piensan que es factible usarlas para generar trióxido de antimonio dándoles de respirar continuamente antimonio.
La utilidad de estas bacterias no solo se limita al trabajo descrito con el antimonio. Estas bacterias poseen diversas enzimas que le permiten utilizar otros elementos peligrosos que se acumulan en aguas residuales cerca de minas o refinerías y que constituyen una seria amenaza para los seres humanos, los animales y el propio medio ambiente, como por ejemplo el selenio y el telurio, por lo que podrían ser usadas también para reducir o eliminar el riesgo medioambiental que supone la actividad de la minería en las zonas circundantes.
Además dichas bacterias pueden ser utilizadas para la reutilización de materiales que se han convertido en productos de deseco para las industrias, pudiendo hacerlos de nuevo productos útiles para la industria
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