Paleontólogos estadounidenses han descubierto un ancestro de los cocodrilos que probablemente fue uno de los principales depredadores de América del Norte antes de la llegada de los dinosaurios al continente. En animal que fue llamado Carolinensis carnufex que se traduce como "carnicero de Carolina" era un crocodilomorfo de casi tres metros de largo que vivía en la tierra, caminaba sobre sus patas traseras y probablemente cazaba habitantes más pequeños, como reptiles blindados y primeros familiares de los mamíferos, de los ecosistemas de la actual Carolina del Norte hace 231 millones de años.
Paleontólogos de la Universidad Estatal de Carolina del Norte y el Museo de Ciencias Naturales del mismo estado recuperaron partes del cráneo, la columna vertebral y una extremidad anterior del animal en la Formación Pekin, en el condado de Chatham, Carolina del Norte. Como el cráneo estaba conservado en pedazos, era difícil visualizar cómo había sido en vida.
Para obtener una visión más completa de la cabeza del C.carnufex, los investigadores escanearon los huesos individuales con la última tecnología de imagen, un escáner de superficie de alta resolución, para crear un modelo tridimensional, utilizando los cráneos más completos de familiares cercanos para llenar las piezas que faltaban.
La Formación Pekin contiene sedimentos depositados hace 231 millones de años en el inicio del Triásico tardío, cuando lo que hoy es Carolina del Norte era una región ecuatorial húmeda y cálida que se empezaba a separar del supercontinente Pangea.
El descubrimiento de este animal aporta pruebas acerca del ecosistema trásico dejando patente que en el hemisferio sur eran más abundantes animales como el Postosuchus o los primeros dinosaurios carnívoros como el coelophysis o el eoraptor, pero que el hemisferio norte del supercontinente tenía su propia colección de animales carnívoros dando pruebas de una división incluso en el supercontinente (hay que tener en cuenta que la grandísima mayoría de Pangea era desierto, el cual haría en tamaño que el Shahara fuera un desierto de chiste) y que incluso en la actualidad ningún animal atravesaría el corazón de un desierto sin una buena razón.
Este descubrimiento, unido al descubrimiento de algunas especies de cocodrilos poco comunes que coexistieron con los dinosaurios dan grandes pistas acerca de una gran diversificación de este grupo de reptiles, el cual en la actualidad ha quedado reducido a un grupo de animales más o menos semiacuáticos que han demostrado ser unos supervivientes natos que saben adaptarse a los cambios continuos del planeta sin cambiar su forma básica.
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