domingo, 9 de septiembre de 2018

El tiburón cabeza de pala, el primer tiburón que se conoce con dieta omnívora

 Científicos han descubierto que el tiburón cabeza de pala (Sphyrna tiburo), consume grandes cantidades de algas marinas (hasta el 62.1 % de la masa intestinal), aunque se desconocía si podía digerir y asimilar esa comida, según un estudio publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B.

El equipo de Samantha Leigh, de la Universidad de California en Irvine, cultivó algas marinas en un acuario especial y posteriormente colocó allí cinco tiburones cabeza de pala y los sometió a una dieta compuesta en un 90 % de esas algas y un 10 % de calamar.

En el transcurso del experimento, los autores analizaron la composición de los excrementos de los depredadores, y luego examinaron su tracto gastrointestinal.

El análisis mostró que los tiburones pequeños son realmente capaces de digerir las algas y asimilar los nutrientes de los alimentos vegetales.

Durante el experimento, los tiburones mostraron un crecimiento somático (celular) estable, y además se encontró carbono-13 en sus tejidos de sangre y de hígado. Esto significa que los animales poseen la bioquímica enzimática necesaria para digerir incluso las partes fibrosas de las algas.

La saliva del oso pardo produce un antibiótico capaz de matar las bacterias más resistentes

Un grupo de científicos rusos y estadounidenses ha descubierto un nuevo antibiótico natural presente en la saliva de los osos pardos que resulta especialmente efectivo contra el estafilococo dorado (Staphylococcus aureus), un microorganismo conocido por volverse resistente a los fármacos tradicionales, informa el portal Phys.org.

El estudio, cuyos resultados fueron publicados el pasado 4 de septiembre en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), se centró en oso pardo de Siberia oriental, cuya dieta normalmente es de origen vegetal, si bien ocasionalmente puede cazar caribúes, peces, y ciervos, para estudiar el microbioma de ese animal y comprender cómo su organismo se defiende de las bacterias.

El equipo de investigadores realizó una expedición a la taiga siberiana y capturó a varios ejemplares de esta especie, a los que extrajeron muestras de saliva con el propósito de encontrar posibles químicos capaces de matar a las bacterias que infectan a los humanos.

Tras someter el material orgánico a avanzadas técnicas de análisis, los expertos descubrieron la presencia en la saliva del microorganismo Bacillus pumilus, que produce un químico de efecto antibiótico denominado "amicoumacina A".

Los científicos centraron su estudio en este compuesto y comprobaron su alta efectividad para matar a las bacterias, en especial al Staphylococcus aureus, cuyas cepas están asociadas a las infecciones de la piel en humanos.

El hallazgo supone un importante avance para comprender el mecanismo utilizado por los antibióticos y avanzar en los tratamientos de infecciones causadas por las cepas más resistentes a los fármacos.

sábado, 8 de septiembre de 2018

El lábrido limpiador. Primer pez del que se tiene constancia que puede reconocerse en el espejo

 Si se pudiera decir qué papel tiene el lábrido limpiador en los arrecifes de coral, este sería algo así como el barbero de la macrofauna de los arrecifes de coral dado que este pez se dedica a limpiar de parásitos, pieles y escamas muertas e incluso restos de comida incrustados en la boca a otros peces. Esto ha hecho que este pez aunque en teoría debería tener muchos depredadores, la realidad es que los depredadores de este pez son muy pocos. No obstante, científicos de la universidad de Osaka (Japón) en un estudio publicado en Biorxiv han descubierto que el lábrido limpiador (Labroides diminiatus) ha mostrado ser capaz de reconocerse en un espejo sin necesidad de preparación previa (hasta ahora, los animales que superaron la prueba fueron animales considerados realmente inteligentes como delfines, elefantes o primates y algunos de estos primates necesitaron mentalizarse de que lo que veían delante era su reflejo)

Los investigadores se decantaron por este pez para el experimento porque tiene una buena visión y es capaz de detectar parásitos en otros peces y atraparlos con su boca. Es decir, esperaban que el animal pudiera ver un punto inusual colocado en su cuerpo y quitarlo, si es que se daba cuenta de que el ejemplar del espejo era su reflejo.

De esta forma, el equipo colocó 10 peces en tanques individuales con un espejo. Al principio, los peces, que son territoriales, reaccionaron atacando su propia imagen, ya que la confundían con un extraño acercándose osadamente a su territorio. Pero después de unos días, su comportamiento cambió de forma extraña. Los peces iniciaron un baile, algo no muy frecuente en una especie solitaria.

Llegados a ese punto, los investigadores aplicaron una mancha de gel coloreado en las cabezas de ocho ejemplares, colocándolos de modo que solo pudieran verse en el espejo. Según explica la revista New Scientist, todos menos uno pasaron bastante más tiempo en posiciones donde el gel era visible en su reflejo. Y varios intentaron rascarse esa misma área de su cuerpo contra partes de su entorno.

Si este sencillo pez fue realmente capaz de reconocerse en el espejo, ¿significa que ha entrado en el exclusivo grupo de animales conscientes de sí mismos? Si es así, los autores señalan que quizás deberíamos replantearnos lo que consideramos inteligencia animal. De igual forma, si su comportamiento desvela otros procesos cognitivos, quizás lo que debería replantearse es la interpretación del famoso experimento del espejo consistente en que un animal vea su reflejo en el espejo.