La verdad, muy poca gente y muy pocos animales pueden decir nada a favor de la garrapata.
Un exceso de esos seres es terrible y pueden desangrar a un alce convirtiéndolos en fantasmas de lo que eran e incluso matarlos. No obstante también pueden ser la vía de salvación de otros animales como especie.
En caso del lince ibérico, la necesidad de controlar cada individuo es prioritaria (dado que como animales en peligro de extinción que son, cada individuo es una gema y cada hembra en cinta es un diamante). No obtante, capturar a una hembra para tomarle la sangre ha demostrado ser contraproducente dado que el animal puede sufrir estrés y abortar.
No obstante, científicos de la universidad de Berlín han tenido una gran idea. El uso de las garraparas para monitorizar el estado del animal.
Los arácnidos a los cuales se ha asegurado que no sean portadores de enfermedades toman la sangre de forma imperceptible. No obstante no es buena idea soltarlas así sin más dado que si se pasan demasiado tiempo subcionando sangre, una sola garrapata como buen ser vampírico (o hematófago) que es, puede acabar siendo problemática y causando anemia al animal que se pretende salvar.
La solución de los científicos de la universidad de Berlín es introducirlos en envases donde no pueden salir y no dejan espacio para que las garrapatas introduzcan la cabeza en el animal, los cuales son metidos en una alfombra (a falta de una palabra mejor) de corcho, pero donde la garrapata si pueda picar y tomar la sangre del lince en este caso.
Una vez el animal se va del sitio donde descansa, se toma la sangre de dichas garrapatas para analizarla en laboratorio.
Si bien este sistema no se usa ya con el lince por el hecho de que ahora se puede comprobar por las heces si una hembra está embarazada, este sistema puede ser aún usado (excluyendo siempre aquellas especies de garrapata que inyectan neurotoxinas) en otras especies donde no se pueda usar el test de embarazo por heces.
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