Estudios recientes indican que la fauna de tortugas que habitaron en la Península Ibérica durante el Cretácico Inferior, es decir, hace entre unos 135 y 95 millones de años, era muy diversa. De hecho, allí se reconoce un número de especies mayor que el identificado en otras partes de Europa. A éstas debe añadirse una nueva tortuga, Brodiechelys royoi
El hallazgo de fósiles de vertebrados en la localidad de Morella no es novedoso, sino que su presencia fue constatada hace casi un siglo y medio. De allí proceden algunas de las primeras referencias tanto de dinosaurios como de otros reptiles mesozoicos realizadas en la Peninsula Ibérica. Así pues, ya a finales de la década de 1860, se citó la presencia de huesos atribuidos a dinosaurios herbívoros, hallándose también restos que corresponden a grandes dinosaurios carnívoros. Sin embargo, estos hallazgos fueron muy escasos.
Aunque el análisis de reptiles mesozoicos estaba en auge en varios países europeos durante la segunda mitad del siglo XIX, en España experimentó un notable retraso, siendo desarrollado a partir de los últimos años de la década de 1920.
No es hasta el inicio del siglo XXI cuando aumentó notablemente la actividad paleontológica. Esto estuvo motivado tanto por la revitalización del interés científico de los yacimientos paleontológicos como por la activación de la minería, relacionada con materiales para la fabricación de azulejos, y el control paleontológico que se pudo realizar sobre las tareas extractivas de arcillas.
Esta labor es especialmente relevante en una de esas canteras, Mas de la Parreta, donde ha sido hallada la nueva tortuga, junto con varios centenares de fósiles, recogidos en doce yacimientos. En ellos se han registrado varios grupos de plantas y de invertebrados, además de una diversa fauna de vertebrados compuesta por más de veinte formas distintas de animales, entre ellos varios grupos de peces (incluyendo tiburones), anfibios, lagartos, varias especies de tortugas terrestres y acuáticas, cocodrilos, reptiles marinos (plesiosaurios), reptiles voladores (pterosaurios), y abundantes grupos de dinosaurios. Entre estos se incluyen varios grupos de carnívoros, de diversos tamaños, y numerosos herbívoros, entre los que se encuentran dinosaurios acorazados (anquilosaurios), y formas correspondientes a saurópodos y ornitópodos.
Asimismo, los recientes hallazgos realizados en esta cantera han permitido identificar una de las faunas más diversas del Cretácico Inferior de Europa. A pesar de esto, hasta ahora no se había identificado ninguna nueva especie en Morella. La nueva tortuga es la primera.
Implicaciones del nuevo hallazgo
Brodiechelys royoi fue una tortuga de pequeño tamaño, ligeramente superior a veinte centímetros, con una forma de vida muy semejante a la de los galápagos actuales. Esta tortuga presentaba una superficie del caparazón característica, en la que serían muy evidentes una serie de surcos profundos divergiendo en forma de abanico. Su nombre específico supone un homenaje al paleontólogo José Royo y Gómez, debido a su labor pionera tanto en el estudio particular de las faunas de reptiles del Cretácico Inferior de Morella, como, de manera general, en la de reptiles mesozoicos españoles.
La presencia de esta nueva tortuga en Morella ayuda a comprender las relaciones de la fauna de reptiles fósiles ibéricos de hace más de 100 millones de años con la de otras regiones. Así, otra especie de Brodiechelys ha sido previamente reconocida en Gran Bretaña. Aunque esa especie, Brodiechelys brodiei, fue identificada en el siglo XIX, la información sobre ella era muy limitada hasta que, este año, también ha sido revisada en detalle. El registro de reptiles de Morella también comparte otros géneros con el de Gran Bretaña, como es el caso de algunos correspondientes a cocodrilos y a dinosaurios.
Por lo tanto, se considera que la fauna presente en el Cretácico Inferior de varias regiones europeas estaba compuesta por animales similares. De hecho, previamente se había identificado la presencia de tortugas terrestres estrechamente relacionadas entre las que componen el registro morellano y el británico.
La nueva tortuga evidencia que también existían relaciones muy cercanas entre los representantes acuáticos de este grupo. Brodiechelys royoi no sólo nos permite identificar una estrecha relación entre la fauna de tortugas europeas, sino que puede relacionarse con un grupo de tortugas abundante y diverso en Asia en ese momento.
En este sentido, otra nueva tortuga española actualmente en estudio, procedente del Cretácico Inferior de Salas de los Infantes (Burgos), también podría pertenecer a ese grupo. Estudios recientes también efectuados por el mismo equipo investigador permitieron definir otras dos nuevas tortugas presentes en niveles del Cretácico Inferior español, Hoyasemys jimenezi y Galvechelone lopezmartinezae, que fueron asignadas a otro grupo de probable origen asiático.
miércoles, 17 de octubre de 2012
martes, 9 de octubre de 2012
Descubierto un dinosaurio con colmillos y cara de loro
Su cara se asemejaba a la de un loro y tenía un par de colmillos punzantes como los de un vampiro. De pequeño tamaño -pesaba menos que un gato doméstico-, estaba cubierto de cerdas como las de un puerco espín. Este era el extraordinario aspecto del Pegomastax africanus (mandíbula gruesa de África), un dinosaurio herbívoro que habitó la Tierra hace 200 millones de años, cuando el supercontinente Pangea comenzaba a dividirse en dos. Sus restos aparecieron originalmente en los años 60 en Sudáfrica, pero no ha sido hasta ahora que el famoso paleontólogo Paul Sereno los ha identificado como pertenecientes a una nueva especie entre la colección de fósiles de la Universidad de Harvard.
La nueva especie medía menos de dos metros de largo y apenas llegaba al peso de un gato. Probablemente, la mayor parte de su cuerpo estaba cubierta de extrañas cerdas, como las de un puerco espín. Una «capa» similar fue vista por primera vez en otro dinosaurio, el Tianyulong, que, enterrado en sedimentos cubiertos por ceniza volcánica, conservaba cientos de cerdas distribuidas en su cuerpo desde el cuello hasta la punta de su cola. El Tianyulong y el Pegomastax forman parte de la misma familia, los Heterodontosaurios, que se separaron cuando Pangea se dividió en dos masas continentales, una en el norte y otra en el sur.
Lo que hace destacar al nuevo Pegomastax es su cráneo de unos siete centímetros de largo, que sobresale como si fuera el pico de un loro, un par de colmillos punzantes y unos dientes escondidos detrás para cortar las plantas, que funcionaban como unas afiladas tijeras cuyas cuchillas se deslizaban una sobre otra cuando las mandíbulas están cerradas.
Llama la atención que un animal vegetariano utilizara estos colmillos. No obstante en la actualidad los ciervos almizcleros poseen esos colmillos largos, los cuales son utilizados por estos animales para pelear por el derecho a aparearse y para defenderse. Por lo que es posible que este dinosaurio utilizara estos colmillos sobre todo para las mismas funciones que el ciervo almizclero
La nueva especie medía menos de dos metros de largo y apenas llegaba al peso de un gato. Probablemente, la mayor parte de su cuerpo estaba cubierta de extrañas cerdas, como las de un puerco espín. Una «capa» similar fue vista por primera vez en otro dinosaurio, el Tianyulong, que, enterrado en sedimentos cubiertos por ceniza volcánica, conservaba cientos de cerdas distribuidas en su cuerpo desde el cuello hasta la punta de su cola. El Tianyulong y el Pegomastax forman parte de la misma familia, los Heterodontosaurios, que se separaron cuando Pangea se dividió en dos masas continentales, una en el norte y otra en el sur.
Lo que hace destacar al nuevo Pegomastax es su cráneo de unos siete centímetros de largo, que sobresale como si fuera el pico de un loro, un par de colmillos punzantes y unos dientes escondidos detrás para cortar las plantas, que funcionaban como unas afiladas tijeras cuyas cuchillas se deslizaban una sobre otra cuando las mandíbulas están cerradas.
Llama la atención que un animal vegetariano utilizara estos colmillos. No obstante en la actualidad los ciervos almizcleros poseen esos colmillos largos, los cuales son utilizados por estos animales para pelear por el derecho a aparearse y para defenderse. Por lo que es posible que este dinosaurio utilizara estos colmillos sobre todo para las mismas funciones que el ciervo almizclero
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